No estoy tan ciego. Creo.
Veo tú maldad en la cima y el dolor en el camino. Veo que no estás a gusto. Veo que aún no estás completo. Veo que te falta valor. Y decidir ya de una vez a dar el paso. A marchar a irte lejos. Donde quizás estés mejor. Y donde no lleves la mochila ni el peso. Los recuerdos aveces traumatizan más de lo que los hechos sin acabar o los miedos del camino. No eres mala persona. Cree en ti siempre en lo bueno y en lo malo. El camino nadie dijo que fuera fácil. O que todo es lo mejor. Pero eso lo tienes que ver por ti mismo y hacer lo que te gusta y te aporta. Aveces las cosas son más fáciles de lo que creemos y no avanzamos o alcanzamos a ver. La autodestrucción del ser nadie lo desea. Puede que hoy tengas más miedo que ayer. Pero si no lo intentas si no te esfuerzas o no das el paso un día te despiertas y ya tienes 43 años y una mala salud. Lo que deseo y me gustaría es que nadie se diera por vencido y se abandone es lo absurdo. Es lo que siempre me digo . Siempre. Y e pasado por el cielo y el infierno. E estado arriba e estado abajo. Pero lo que tengo guardado es el cariño del camino. Y la paz de mi día a día. La verdad que acojona pensar que e llegado a los 43 años y aún queda mucho para los 150 años. No me voy a rendir ni bajar los brazos si es para abrazarte si lo hago. Más miedo que de costumbre y más frío alrededor. Ahí lo dejo
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